
Si observamos con calma la relación que se ha generado entre las personas y el deporte, podemos llegar a ver la importancia que tiene la actividad física en nuestra actual sociedad, sólo basta con fijarnos en los altos índices de audiencia televisiva que genera un clásico del fútbol mundial entre el Barcelona F.C. y el Real Madrid ; una fecha de la Fórmula 1; la final de un torneo grande entre Nadal y Federer o cualquier otro evento deportivo. Lo más provable es que nadie haya medido cuántos niños ven estos programas o qué impacto tienen sobre las decisiones que ellos tomen respecto a la práctica deportiva, sin embargo, sí sabemos que ellos se dejan seducir por las grandes estrellas del deporte. Se preguntará Ud. hacia dónde vamos con esto y la respuesta es muy fácil: preocuparnos por cómo se inician los niños en el deporte y cuales son los procesos significativos para que su etapa de adecuación a la práctica sea lo más positiva posible.
Al hacer esto podemos tener diversos focos en consideración, podríamos hablar de la primera vez que jugamos fútbol en el parque con nuestros padres, la primera clase de educación física en el colegio, el primer día en el club de tenis de la ciudad, el primer encuentro con un gimnasio haciendo pesas, etc., o sea, todo el amplio campo de lo que se puede llamar deporte o actividad física; por lo cual es necesario delimitar el campo de acción a estudiar.
Esta revisión se avocará al estudio e importancia de la figura del entrenador a partir de su rol de transmisor de aprendizaje. Es decir, de qué manera el psicólogo deportivo puede facilitar el proceso enseñanza-aprendizaje. En las siguientes páginas mostraré algunos de los estilos más significativos para la enseñanza en deporte, así como la preocupación y empatía necesaria para el trabajo en grupos deportivos.
I.- ¿Qué es la iniciación deportiva?
Como he dicho, todo atleta tiene su punto de partida en el deporte, ya sea porque sus padres fueron deportistas y estimularon su práctica, porque otras instituciones se hicieron cargo de guiar este camino o quién sabe cómo fue en cada particular caso. Cualquiera sea este, comenzar esta senda implica dedicación, motivación y otras características que permitirán al alumno, la introyección de nuevos conocimientos.
Hernández Moreno (1988; en Blázquez, 1995) se refiere al tema como: “…el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguido por un individuo, para la adquisición del conocimiento y la capacidad de ejecución práctica de un deporte…”. Ante esto, Blázquez (1995) argumenta que este tipo de definiciones posee un componente socializador que permite al sujeto incorporar normas y símbolos en situaciones de interacción con los demás. Esto es de suma importancia ya que es el foco central de lo que plantearé a continuación. La idea que tratan ambos autores es que el entrenador debe estar capacitado para implementar las mejores herramientas y estrategias para relacionarse con el aprendiz, sin embargo, no debe olvidar la importancia que tiene el vínculo que se desarrollará a partir de esta interacción.
Debido a su rol guiador, el entrenador tendrá una posición central en lo que ocurra en este proceso de aprendizaje, no sólo llevará al atleta a vincularse mejor en el deporte, también será una herramienta (Riera, 2007) para insertar al sujeto en una sociedad estructurada según normas y roles (especialmente si hablamos de iniciación deportiva infantil). Así también Blázquez dice que este proceso tiene una intención fundamentalmente educativa, ya que este vínculo pedagógico toma en cuenta las diferencias individuales del sujeto y el fin u objetivo que se busca a través de esta actividad. Según mi opinión, una cuestión de suma importancia en la labor pedagógica. Es necesario acompañar la labor teórica de traspaso de conocimientos sin olvidar a los sujetos que son parte de este proceso.
En síntesis, y como ha dicho Riera (2007) tanto el entrenador como el deportista pueden ser competentes en su labor al combinar tres puntos interconectados claves para su desarrollo profesional.
II.- ¿Por qué preocupase de la figura del entrenador?
Puede que para las personas involucradas en el deporte de iniciación no sea fácil entender la importancia del rol del entrenador en el mundo deportivo. Sin embargo, a la hora de opinar sobre la relación entrenador-deportista la respuesta puede ser limitada. Yo creería que el argumento, muchas veces, sólo se centra en el traspaso de elementos técnicos de un sujeto a otro, lo que me parece un entendimiento demasiado reduccionista de lo que este vínculo es en la realidad deportiva.
Al reflexionar sobre este punto debemos situarnos en un punto de partida que permita acercarnos a sus actores, especialmente al entrenador. Acentuamos cómo esta relación contribuye al desarrollo integral del deportista.
Destacar cómo este vínculo genera cambios significativos, es una travesía que vale la pena hacer. Para esto debemos entender la posición de desequilibrio que plantea Vigotsky, en donde el “poder” lo ha tenido históricamente la figura del entrenador y es quién dirige la información que él considera pertinente para reestablecer el equilibrio.
En este sentido, la re-visión de este vínculo pasa, necesariamente, por ayudar al entrenador a entender la manera más adecuada para llevar conocimientos y estrategias de acción a los requerimientos del alumno o deportista y no necesariamente, desde las preconcepciones del profesor. Para ello el primer cambio pasa por entender que quién aprende, entrena y compite es una persona; es decir, hacerlo desde una metodología activa, con énfasis en la relación entre los elementos técnicos, gestuales y la importancia en los participantes del proceso enseñanza-aprendizaje.
III.- ¿Cuál es la influencia del juego en el desarrollo psicológico del niño?
Como toda actividad, el deporte y la actividad física, tienen repercusión sobre el desarrollo de las personas, ya sea en su maduración y crecimiento físico como también en su desarrollo psicológico. Esto se puede ver en la manera que los niños van interiorizando las diferentes reglas del deporte. Josetxu Linaza y Antonio Maldonado (1987) proponen una forma de entendimiento de las reglas en niños basándose en la teoría piagetana del juego. Distinguen una forma de conocimiento práctico basada en los niveles de conciencia de estas. En ella se sugiere un desarrollo similar entre niños y niñas. Se hace relevancia en la disposición a la cooperación que es la base de todos estos mecanismos de inclusión al juego. De esta manera una de las ventajas en la consecución de reglas es la aproximación temprana a juegos más simples en niños y niñas, a diferencia de los juegos más complejos que se presenta de manera más fácil sólo en los niños.
La base que proponen estos autores es que, dependiendo de la etapa en que se encuentren los niños, habrá que poner en práctica diferentes estrategias de apoyo. Así tenemos:
– La primera que cubriría de los 6 a los 12 años aprox. Momento en que se adecuan y mezclan patrones fundamentales de movimiento, por ejemplo chutar y correr con el balón, saltar y golpear en voleibol, etc. el niño descubre y combina nuevas habilidades de manera activa al tiempo que comienza su interés por nuevas actividades deportivas, queriendo alcanzar marcas rápidamente, aunque no sepa sus reales habilidades o limitaciones. El real apoyo debería ser aquí de padres, entrenadores y docentes enfocados en fomentar que el niño potencia sus habilidades motoras y las diversifique.
– La segunda estaría entre los 12 y los 15 años. El niño comienza a realizar elecciones sobre que habilidades quiere desarrollar más y así mismo tomará un deporte por sobre otro; elegirá entre actividades individuales o colectivas, esto repercutirá en el grupo de amigos que tenga y si esta actividad la quiere realizar de manera competitiva o sólo recreativa. Comienza la idea de realizar la actividad con mayor esfuerzo, es decir, para mejorar es necesario entrenar (aunque carezcan de un rigurosidad competitiva)
– Por último la tercera etapa representada después de los 15 años. En este segmento se encuentran aquellos que han querido seguir en un deporte determinado basado en habilidades motrices especializadas a este deporte. Sólo algunos de los que son parte de esta etapa lograrán convertirse en deportistas de alta competición.
UNO DE LOS ASPECTOS IMPORTANTES A DESTACAR ES QUE NO PARECE APROPIADO QUE SE PRODUZCA LA ESPECIALIZACIÓN ANTES DE QUE EL NIÑO SE ENCUENTRE EN LA SEGUNDA ETAPA DE ESTA FASE.
Otra explicación que es posible poner en discusión deriva desde la teoría del pediatra D.W. Winnicott. En su teoría explica cómo, en el juego, el niño puede llegar a sentirse independiente y seguro de sus acciones. Este logro del desarrollo psicológico radica en la presencia consistente de la madre en los primeros años de vida (Winnicott, 1971; En:Azócar y Cols., 2004). La idea no es ahondar en esta explicación psicoanalítica, pero si entender que si un niño logra jugar con confianza y de manera libre, puede desarrollar de mejor manera sus habilidades físicas y psicológicas. Esto que parece muy simple, es una tarea difícil de asumir por los padres y en el deporte, por los entrenadores. Estas figuras se ven tentadas, en muchas ocasiones, a decirle al niño qué, cómo y cuándo hacer, bloqueando, entre otros aspectos, su creatividad.
Lo que se espera es que se acompañe el desarrollo del deportista guiando este proceso, estimulando el descubrimiento. En pocas palabras es bueno dejarlos cometer algunos errores y ayudarlos a procesar estos desaciertos para que él niño pueda tomar sus propias decisiones. Es decir, una vez que se den situaciones nuevas o similares, él buscará en los conocimientos adquiridos en su formación y tomará sus propias decisiones considerando el espacio de independencia que se le ha proporcionado en su formación deportiva.
IV.- ¿Cómo ayuda el psicólogo del deporte al entrenador en la transmisión de nuevos conocimientos?
En estas primeras páginas hemos visto la importancia del entrenador en la unión que tiene con el deportista, tener en cuenta que la actividad deportiva es de mucho valor para los niños. Jaume Cruz (2001) ha dicho que: “… muchos niños y niñas prefieren la práctica deportiva a cualquier otra actividad en su tiempo libre.”, y en este entendimiento ellos dedicarán muchas horas para la práctica de la actividad física y/o deporte. Es aquí donde el psicólogo deportivo debería utilizar sus conocimientos para potenciar el vínculo entrenador/deportista a través de una estrategia de comunicación y enseñanza que convine un adecuado traspaso de información con herramientas de interacción social y personal.
Para tal tarea es necesario conocer un sistema que permita entender a entrenadores y deportistas, cuestión que ha sido estudiada en extenso por muchos autores como Gimeno, (2003); Cruz, (2001); Smith, Smoll y Curtis, (1979); Smith, Smoll y Hunt, (1977); Orlick, (1986); Ucha, (2005); Duda, (1996); Weinber, y Gould, (1996); entre otros. Este proceso de investigación ha permitido identificar las diversas variables que se presentan en la práctica deportiva y que ayudan a fortalecer el proceso para la formación del deportista.
Esto es una temática que hoy preocupa a muchos psicólogos deportivos, sin embargo, esto no es nada nuevo en otras ciencias del deporte. Por ejemplo, Ozolín (1970) ya había hecho hincapié en la influencia que tiene el entorno psicológico en los sistemas de entrenamiento. Da a conocer la importancia del papel de la preparación psicológica desde el punto de vista fisiológico, considerado unidades psicológicas presentes en cada sujeto y que dan cuenta del nivel de conciencia necesario para garantizar un mejor nivel de ejecución en tareas motoras. Declara que: “la preparación física se orienta al fortalecimiento de órganos y sistemas, al incremento de las posibilidades funcionales y el desarrollo de las cualidades motoras", lo cual avala su papel como sustento de las acciones a realizar. Se da a entender que aunque las influencias sociales no correspondan específicamente a una forma de preparación específica como tal, se debe evaluar la relación sujeto-medio y la importancia que las influencias externas (sociales) ejercen en las personas como seres sociales.
A partir de lo expuesto es clara la trascendencia que tiene la relación entre entrenador y deportista. Este vínculo será, en muchas oportunidades, la clave en el logro de metas y objetivos. Si se logra una conexión adecuada, no sólo se dará un mejor aprendizaje, sino que tendremos una unidad deportiva que podrá sortear obstáculos exitosamente. Así también tendremos un deportista que se desarrollará de mejor manera en el deporte y con el deporte, es decir, podrá integrarse de mejor forma al la actividad física que desea y también llevará experiencias positivas que podrá transferir a su mundo fuera del deporte.
De esta manera, es preciso entender la presencia el psicólogo del deporte. Por un lado apoyando las habilidades de transmisión de conocimientos desde el entrenador al deportista, pero sin olvidar la presencia de éste. Así también, reconociendo a al deportitas como alguien que también tiene algo que decir en el proceso de su propio desarrollo, asesorando en la “libertad para hacer” del deportista; reconociéndola y estimulándola. Por último lograr potenciar el paso del sujeto en este aprendizaje, ayudándole a expresar sus potencialidades de la mejor forma posible; sin que se adelante a sus capacidades y confiando en lo que ya es parte de su repertorio de habilidades.
VI.- Referencias
· Azócar, F., Dubó, S., Riquelme, C. y Tapia, C. (2004) El lugar del concepto de Falso-Self en el psicoanálisis. Seminario de título no publicado. Santiago de Chile. Universidad La República.